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LA EPIDEMIA AZUL

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Portada: Higorca

Vídeo obras de José Higueras "el pintor de la luz"

lunes, 21 de noviembre de 2011

UN BOCETO

Obra del pintor José Higueras - Oleo/lienzo - Titulo El atelhier
Sentado en su taburete espera la llegada del hombre que le ha encargado un retrato. El pintor mientras espera mira atentamente el boceto que tiene en el caballete. Es un esbozo del retrato que después terminara con pulcritud y presteza.

El hombre piensa que aquel trabajo es un reto. Un importante reto que tiene que llegar a buen fin. Su juventud poco tiene que importar. Él ha querido seguir con su ilusión, la pasión por las artes: las Bellas Artes para ser más exactos: pintura, dibujo, papel o tela, pero sobre todo colores, muchos colores plasmados sobre un lienzo. Eso sí después de prepararlo a conciencia para que el trabajo tuviera una perpetuidad. Una duración eterna.
¡Sí eterna! Como esas maravillas que podemos admirar en cualquier museo del mundo. Sentía pasión por su trabajo.
Se lo enseño su tío que era pintor, y también todos aquellos grandes maestros que tuvo la oportunidad de conocer y de trabajar cerca de ellos ¿Cómo podía ser autodidacta si se había pasado desde muy pequeño de taller en taller?
Ahora toda esa sabiduría le servía mucho y él todo lo llevaba a cabo en su trabajo.
¡Por fin…! Sonó el timbre y salió para abrir la puerta, el personaje había llegado. Le indico el camino hasta donde él tenía su estudio-taller. Al entrar el hombre se paró en seco. Estaba mirando el caballete, el boceto, aquel ínfimo esbozo.
-      ¡¡Estupendo, estupendo!! – dijo el visitante.
-      No está terminado, maestro. Es simplemente para saber si le gustaría así de grande.
-      ¡¡Sí, sí!! ¡Magnifico! ¿me lo puedo llevar?
-      ¿Cómo? No, no puede… es simplemente un boceto!!!
-      No, no, me lo llevo ¿Cuánto debo? -insistió el caballero.
Aquel muchacho estaba anonadado, no sabía que decir, nunca lo hubiera imaginado. Pero… ¿cómo decirle a  un gran maestro de pintura y dueño de la cara que estaba “garabateada” en un trozo de tela?
Solamente unas pocas palabras pudieron salir de su boca. Cogió el cuadro y se lo entrego. Busco un papel para envolverlo. Detrás de él una voz decía no hace falta, así mismo.
Saco del bolsillo un monedero pequeño y dejo sobre la mesa cien francos, abrazo al artista y se fue.
Aquel hombre era ni más ni menos que el gran pintor Pablo Picasso, le había hecho un encargo al joven pintor para ver cómo se desenvolvía en el mundo pictórico. Pudo comprobar por el mismo  que era un alumno muy aventajado.

Higorca

3 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Buenas noches Higorca:
Gracias por compartir este relato.
Sabes me gustaría saber el nombre del pintor del boceto.
Aunque me lo imagino, yo diria que se llama José Higueras ¿me equivoco?
Molts petons, Montserrat

INTENTOS DE ESCRITORA dijo...

Como Montserrat, me he imagino inmediatamente que se trataba de José. ¿Hemos adivinado certeramente?
Ultimamente no saco mucho tiempo para el blog pero o quiere decir que me haya olvidado de ti. Simple mente ocurre que he hecho malos calculos con mi tiempo.
Un abrazo muy fuerte

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Que bella página José y que fuerza la de tus pinturas...He visto la pintura que tú me comentaste en Córdoba...ya hablaremos de ella...gracias por tu arte que produce ese placer de su contemplación...un abrazo para los dos desde azpeitia