GRACIAS POR SEGUIRME

LA EPIDEMIA AZUL

LA EPIDEMIA AZUL
Portada: Higorca

Vídeo obras de José Higueras "el pintor de la luz"

domingo, 28 de septiembre de 2008

OTOÑO ESTACION DE COLORES

Otoño. Quizás sea la estación más bella del año. Es verdad que los días van acortando y parece que más rápidamente, o solamente ¿Me lo parece a mi? Seguramente sera esto último ya que el invierno es la época que menos me gusta y por esa razón me parece que los días pasan mucho más deprisa.
Pero voy a volver de nuevo a mi estación, el otoño.
Aparece la lluvia después de unos cuantos meses de no caer ni una gota de agua sobre nosotros. (Claro, siempre hablo desde donde yo me encuentro). Me gustan estos atardeceres grises, con una cortina de agua que cae lentamente, miro a través de ella y puedo percibir los colores maravillosos que toman los árboles, las plantas, que ya van agotando su última savia preparándose para el letargo invernal.
También me gusta ese aroma a tierra mojada, después de tanto tiempo sin olerla.
Me gusta, siempre me ha gustado pisar las hojas que han caído de los árboles, miro para arriba y veo como se van quedando desnudos. (Algunos, claro) Y esas hojas secas, muertas caen lentamente y puedo ver como se alfombra mi jardín, o las calles del pueblo donde yo habito.
Alfombra de mil de colores que también sirve para dar abrigo a las raíces que quedan durmiendo o mejor invernando para que luego en la primavera estallen otra vez llenas de vida.
Miro mis hortensias a través de los cristales y veo que se quedan simplemente con el esqueleto, pero eso sí, después de haber estado con unas hojas verdes, brillantes que dejaban ver la salud de que gozaban. Daba alegría verlas, llenas de flores, enormes, de un color rosa pálido, unas, y otras su tono era mucho más encendido. Estaban lozanas. Me gusta mirarlas y mimarlas.
Ahora mi higuera después de dar su fruto también se desnuda, sus hojas caen secas, torcidas y mucho más pequeñas.
Es fantástico como podemos observar que mientras tienen el fruto no cae ninguna, después, cuando se ha recogido todo, llega el letargo.
Puedo ver mi parra virgen con sus hojas de un color rojo intenso, se pasea majestuosa por mi fachada, ahora, caen las hojas lentamente; antes, durante el verano su color era verde más bien oscuro, ahora en esta estación su color, sus matices son preciosos, inmensos, me quedo extasiada delante de ella.
Todavía queda el membrillo con sus hojas verde plateadas, con sus membrillos casi dorados a punto ya de cosechar. Esbelto y orgulloso parece decir a sus vecinos, los otros árboles. Muchachos yo todavía tengo mis hijos, mi fruto, mi savia.
Luego salimos al campo, al bosque y encontramos tejos, robles, eucaliptos, olivos y todos ellos llevan ya el sello del otoño, el sello del descanso.
No podemos olvidar los viñedos, ya están cortando su fruta. Esos racimos enormes, transparentes de carne dura y exquisita que pasaran a ser después de fermentados el rico caldo que nos deleitara en nuestra mesa.
Y el mar, ese maravilloso mar, que después de mucha calma, ahora de vez en cuando se agita, me gustaba sentarme sobre las rocas y mirar cuando llueve se torna gris, un gris color plata, pero cuando esta muy enfadado es casi negro, sus olas se estremecen y crecen como si quisiera decir "Aquí estoy, no os olvidéis de mí"
Todo cambia de color con esta estación, nosotros vestimos con otros tonos más discretos ¿Por qué? Seguramente para estar a tono con todo lo que nos rodea ¿Sera por eso?
Y los rojos intensos los cambiamos por otros un poco más oscuros y los blancos purísimos, por tonos tierras o quizás grises o negros.
Otoño, también nosotros quedaremos un poco más relajados después de un verano lleno de aventuras, viajes o alegrías al ver llegar por nuestra casa a los pequeños que están lejos, ya sean de familia o amigos que no podemos ver en otra época.
Ahora en esta estación todo vuelve a la "normalidad" a la tranquilidad para luego dar paso a otras jornadas que aunque no queramos también llegarán.