GRACIAS POR SEGUIRME

LA EPIDEMIA AZUL

LA EPIDEMIA AZUL
Portada: Higorca

Vídeo obras de José Higueras "el pintor de la luz"

viernes, 3 de febrero de 2012

EL FRUTERO DE COBRE

Öleo de José Higueras




EL FRUTERO DE COBRE

Sobre la mesa un frutero lleno de membrillos recién cogidos. Un suave perfume se notaba en aquel salón. El aroma que despedía aquella fruta madura.
Todo estaba dispuesto para la merienda: membrillos, peras, manzanas y melocotones… y, la jarra para calentar la leche.
Claro que los melocotones quizá no estuvieran muy buenos, era un poco tarde para ello, y si tenían algo de cámara no tenían buen sabor. La olor era buena… Al comerlos seguro que se notaria.
Aquella tarde los dueños de la casa esperaban a unos niños. Eran la alegría de la casa. Sus nietos.
La semana finalizaba y siempre pasaban esos días con ellos. Los padres los llevaban, los dejaban y luego se marchaban. Sabían que estaban en buenas manos. Eran sus abuelos, además todavía eran jóvenes y eso ayudaba para que no se cansasen unos u otros.
Los niños llegaban hambrientos. Iban rápidos a la mesa donde estaba aquel frutero de cobre lleno de fruta. Su abuela, además, les había puesto platos con más cosas, y una botella de agua. Era imprescindible para ellos. Jugando siempre se reseca la boca y la garganta. Buscaban la botella, un vaso y, a beber.
Pero aquel día la abuela, les tenía preparada otra sorpresa. Con aquellos membrillos jugosos y maduros que cogían del árbol del jardín. Les había preparado una exquisita mermelada.
Esperaba que les gustase, se había pasado toda la mañana dando vueltas a la misma para que no se le pegase. Valía la pena, hacer feliz a los niños era lo más grande para ella.
Puso la leche a calentar y preparo la tostadora. Hizo las tostadas correspondientes, les puso un poco de aceite y sobre ello extendió la mermelada. Una buena capa en cada una de ellas.
Preparo la mesa y llamo a los niños que llegaron en tropel junto al abuelo. En un momento no quedo nada en los platos. Habían devorado todo lo que la abuela había preparado.
Sonrió satisfecha. Les había gustado. Los niños se levantaron y todos fueron a darle un beso. Luego a coro dijeron.
-        Gracias abuela.
    
   Higorca